Un crucero residencial que prometía recorrer 115 países durante tres años y ofrecer camarotes por US$3.840 al mes se convirtió en una pesadilla para decenas de viajeros de todo el mundo. Lo que comenzó como un sueño de jubilación terminó en frustración, pérdidas económicas y denuncias legales.
Dennis y Taryna Wawn, de Perth, Australia, confiaron en la empresa Victoria Cruises Line (VCL) y pagaron un depósito de US$10.000 para asegurar su lugar en el barco. Tres años después, el crucero nunca zarpó. Los Wawn y otros aspirantes descubrieron que VCL ni siquiera posee ni tiene contrato de arrendamiento del barco anunciado, a pesar de las continuas promesas de la compañía.
Otros clientes relataron que vendieron sus casas, trasladaron a sus mascotas y guardaron sus pertenencias en almacenes, creyendo que emprenderían un viaje de ensueño. Una pareja incluso tuvo que mudarse a una residencia de ancianos por problemas de salud y edad avanzada.
“A quienes dieron el depósito les vendieron un sueño… y se ha convertido en una auténtica pesadilla”, declaró Adam Glezer, director de una empresa de defensa del consumidor. Algunos afectados iniciaron acciones legales, otros presentaron quejas ante organismos gubernamentales e incluso uno contactó al FBI.
VCL afirma que sigue necesitando más clientes para poder alquilar un barco y niega haber perjudicado a nadie. Sin embargo, registros revisados por la BBC muestran una red de empresas fantasma en varias ciudades europeas, y la firma adeuda más de US$253.000 en impuestos.
El crucero, anunciado como un viaje de lujo con piscinas, pistas de tenis y restaurante italiano, sigue apareciendo en la página web de la empresa, que continúa cobrando depósitos mientras los clientes pierden la esperanza de zarpar o recuperar su dinero.
Graham Whittaker, ex periodista residente en Australia, asegura que VCL podría haber estafado millones de dólares. “Se puso feo porque encontramos a muchísimas personas que nunca recibieron reembolsos y fueron amenazadas al exigirlos”, afirmó.
Lo que debía ser una aventura de ensueño alrededor del mundo se convirtió en un caso de posible fraude internacional, dejando a los afectados sin crucero y con pérdidas millonarias.
