Un vuelo de Delta Air Lines que se dirigía de Salt Lake City a Portland, Oregon, experimentó serios problemas de presurización, dejando a varios pasajeros con la nariz y los oídos sangrando. El incidente ocurrió el pasado domingo, cuando el vuelo 1203 no logró presurizarse adecuadamente al superar los 10,000 pies de altura.
La tripulación del avión, un Boeing con 140 pasajeros a bordo, siguió los protocolos y decidió regresar al aeropuerto de Salt Lake City. Delta emitió un comunicado disculpándose por lo ocurrido y aseguró que sus equipos en tierra atendieron a los pasajeros inmediatamente después de aterrizar.
Al menos 10 personas recibieron atención médica al aterrizar. Una de las pasajeras afectadas, Jaci Purser, describió el dolor intenso en su oído, comparándolo con una sensación de apuñalamiento, antes de notar que estaba sangrando. Otro testimonio fue el de Caryn Allen, quien vio a su esposo cubriéndose los oídos por el dolor y a otro pasajero que sufría una grave hemorragia nasal.
Aunque los técnicos de Delta pudieron reparar el problema, el avión quedó fuera de servicio temporalmente y volvió a operar al día siguiente. Delta aún no ha revelado la causa exacta del fallo de presurización, pero la aerolínea se comprometió a continuar investigando el incidente para evitar futuros problemas.