El jueves por la noche, un vuelo de American Airlines que partía desde Ezeiza con destino a Nueva York experimentó un incidente poco usual que obligó a regresar al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Los pasajeros y tripulantes quedaron sorprendidos cuando, poco después del despegue, se escucharon ruidos provenientes de la bodega del avión, lo que despertó sospechas de que podría haber una persona atrapada.
Marcos Caligaris, director de contenidos de Cadena 3 y pasajero del vuelo, relató en Radio Mitre: “Partimos a las 21:15, todo iba normal y ya habíamos cenado cuando, en un primer anuncio, el piloto informó que teníamos que regresar a Buenos Aires por un problema que no estaba bien identificado. Minutos después aclaró que había una persona en la bodega emitiendo ruidos y que, por seguridad, debíamos volver para evitar que se golpeara”. Este detalle generó inquietud entre los pasajeros, quienes comenzaron a comentar la situación con las azafatas, que confirmaron haber oído los ruidos.
El avión se encontraba sobrevolando la provincia de Córdoba cuando se tomó la decisión de regresar. A través de los altavoces, la tripulación pidió calma y explicó que el protocolo de emergencia había sido activado, por lo que en la pista los recibirían camiones hidrantes y ambulancias.
El aterrizaje se llevó a cabo sin inconvenientes, pero al llegar al aeropuerto, un fuerte operativo de seguridad rodeó el avión. Técnicos y agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) comenzaron a descargar los contenedores de equipaje uno a uno, revisando con cuidado mientras los pasajeros permanecían en la cabina. “Cuando entró el equipo armado de la PSA, nos preocupamos un poco más; la situación parecía cada vez más seria”, añadió Caligaris.
Javier Frana, extenista y actual comentarista deportivo que también viajaba en el vuelo, confirmó lo sucedido en sus redes sociales. “Sentíamos golpes bajo nuestros pies, y la azafata los respondía golpeando desde arriba”, escribió, y destacó que la tripulación ya había superado el tiempo máximo de servicio, lo que impedía llegar a Nueva York esa noche.
A pesar de las minuciosas inspecciones realizadas por el Grupo Especial de Asalto Táctico (GEAT), el Grupo de Control de Explosivos y Armas Especiales (GEDEX) y otros cuerpos especializados, incluyendo el uso de perros entrenados, no se halló nada fuera de lo normal en la bodega ni en los contenedores. Finalmente, a las 1:44 se canceló el vuelo y los pasajeros fueron trasladados a un hotel, con la reprogramación del viaje para el viernes a las 19:00.
Las autoridades confirmaron que el avión fue declarado en emergencia tras la notificación del comandante del vuelo a las 23:04, y se activó un protocolo de seguridad exhaustivo que incluyó a personal de la ANAC y los bomberos de la Policía Federal. Sin embargo, tras horas de revisión, se concluyó que no había nada anómalo.