Imagínese estar en un espacio pequeño, entre muchas personas, sin poder hacer nada cada vez que un olor nauseabundo re aparezca. Como era de esperar, la gente se enojaría.
Una persona en un avión de pasajeros no sólo no estaba preocupado por las protestas de la gente debido a los gases que liberaba sin tapujos, sino que se negaba activamente a detenerse.
Un vuelo de Transavia Airlines desde Dubai a Amsterdam tuvo que hacer una parada no programada en Viena para descargar al hombre. Según los informes, dos holandeses que estaban sentados a su lado le pidieron que se detuviera, y cuando él se negaba, avisaron la situación a la tripulación de cabina.
El piloto se involucró en la situación, emitiendo una directiva para que el hombre dejara de tirarse pedos. Cuando no hizo tal cosa, estalló una pelea y el avión tuvo que hacer un aterrizaje rápido. La policía austriaca abordó el avión para escoltar al hombre, probablemente para alivio de todos.
Hay personas que se divierte con ver a la gente retroceder con disgusto cuando huelen sus pedos. Mientras que uno o dos pueden ser graciosos (siempre que no sea tan picante que vomites), gases en exceso – en un avión no menos – seguramente no es algo que puedan soportar mucho tiempo
Dos mujeres en la misma fila que el … erm, ‘dispensador de gas’ también fueron bajadas del avión. La pasajera Nora Lachhab dijo a un periodista de Telegraaf: «Lo extraño es que también tuvimos que abandonar el avión, pero no conocíamos a este señor en absoluto».
Pero un portavoz de Transavia Airlines dijo al periódico que las mujeres se comportaban mal y comenzaron a insultar: «Eso es inaceptable. Nuestra tripulación debe garantizar un vuelo seguro. Cuando los pasajeros presentan riesgos, inmediatamente intervienen».
«Nuestra gente está entrenada para eso. Ellos saben muy bien dónde están los límites. Por lo tanto, Transavia está detrás de la tripulación de cabina y los pilotos».
Te ha tocado alguna situación similar alguna vez?