Las autoridades del parque arqueológico de Pompeya, ubicado en el sur de Italia, han decidido establecer un límite diario de 20,000 visitantes a partir del 15 de noviembre. Esta medida tiene como objetivo preservar la integridad del sitio, que ha experimentado un creciente flujo turístico en los últimos años.
Durante los meses más concurridos, entre abril y octubre, los visitantes deberán además reservar entradas personalizadas con franjas horarias asignadas, una iniciativa que busca evitar aglomeraciones y reducir el impacto antrópico en esta icónica ciudad sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C.
El director del parque, Gabriel Zuchtriegel, explicó que la nueva política busca fomentar un turismo más lento y sostenible. Además, como parte del proyecto «Grande Pompei», se pretende descentralizar el turismo hacia otros sitios históricos cercanos, como las villas de Boscoreale, Oplontis y Stabiae, ofreciendo entradas integradas y transporte para diversificar la experiencia.
La ciudad de Pompeya, que funciona como una asombrosa cápsula del tiempo desde su devastación hace casi dos milenios, ha sido uno de los destinos más populares de Italia. Sin embargo, la afluencia masiva de turistas, que superó los 4 millones de personas en 2024, ha planteado desafíos para la preservación del sitio y la seguridad de los visitantes.
Esta nueva estrategia apunta no solo a proteger el patrimonio, sino también a mejorar la experiencia de los visitantes, ofreciendo un acceso más controlado y responsable a este fascinante testimonio de la antigüedad.