Si alguna vez has viajado en avión, seguramente has notado que antes del aterrizaje las luces de la cabina se atenúan o apagan por completo. Aunque parezca un simple detalle, esta práctica tiene un propósito clave en términos de seguridad: preparar la vista de los pasajeros para una posible evacuación de emergencia.

El ingeniero aeroespacial Sergio Hidalgo explicó en una reciente entrevista en el podcast The Wild Project que este procedimiento está diseñado para que los ojos de los ocupantes del avión se adapten a la oscuridad. “Si ocurre un accidente, tu vista no tarda en ajustarse, lo que permite reaccionar más rápido en una evacuación”, detalló.
Durante el despegue y aterrizaje, los momentos más críticos de un vuelo, las aerolíneas siguen protocolos estrictos para garantizar la seguridad de los pasajeros. La reducción de la iluminación permite distinguir con mayor facilidad las luces de emergencia que guían hacia las salidas, ubicadas en la parte delantera, media y trasera del avión.

Otro detalle importante es la posición de las ventanillas. En vuelos nocturnos, las aerolíneas piden que las persianas permanezcan levantadas para que la tripulación y los pasajeros puedan evaluar el exterior en caso de emergencia. Si hay fuego en un ala o un obstáculo en la pista, esta visibilidad facilita la toma de decisiones.
“La gente que ha tenido que aplicar estos protocolos sabe que pueden salvar vidas. Nada en la aviación es casualidad”, enfatizó Hidalgo, recordando la importancia de seguir siempre las indicaciones de la tripulación.