La costa norte de Puerto Rico, hogar de casi el 50 % de las dunas de arena de la isla y extensos bosques de mangle, está en el corazón de una misión crucial para la supervivencia de especies marinas y la protección de las comunidades costeras. Estos ecosistemas no solo proporcionan hábitats esenciales para tortugas marinas y otras especies, sino que también actúan como barreras naturales contra inundaciones y marejadas ciclónicas.
Sin embargo, factores como la extracción de arena, el turismo no controlado y la erosión exacerbada por huracanes han reducido su tamaño y efectividad. Frente a esta amenaza, la organización Vida Marina ha asumido el desafío de restaurar estos frágiles entornos. A través de esfuerzos de reforestación de manglares y rehabilitación de dunas, buscan revitalizar las defensas naturales de la isla, protegiendo tanto la biodiversidad como las comunidades humanas que dependen de estos ecosistemas.
El trabajo de Vida Marina subraya la importancia de la conservación ambiental como un pilar clave para el futuro de la vida marina y la resiliencia costera de Puerto Rico.