El cuscús es un alimento popular en la dieta mediterránea y hoy en día ha captado la atención de muchos por sus propiedades nutricionales. Se utiliza con frecuencia como acompañamiento sustituyendo al arroz, papas, fideos, etc. Alimento que se obtiene a partir del trigo, esa es la explicación más sencilla para dar respuesta a qué el cuscús: es 100% sémola de trigo duro.
En algunos sitios, al cuscús también lo identifican como ‘al-ta’am’, que en árabe significa «la comida». Se trata de un alimento básico en las cocinas del África del Norte, donde lo cocinan casi diariamente. También puede aparecer nombrado como cous-cous, alcuzcuz o kuskusús.
Lo cierto es que, en algunos países, el cuscús es un “plato de viernes” (lo que para nosotros era un plato de domingo). Pero no falta en las grandes ocasiones, sean festivas o no: se come para celebrar los nacimientos, las bodas o los funerales. En Marruecos dicen que «el cuscús reúne», porque es un plato que no se come a solas.
Curiosamente, el cuscús fue un plato muy común en la España de la Reconquista. Durante los siete siglos de ocupación islámica el cuscús era un plato que se consumía en toda la geografía de nuestro país. Se tienen datos de que esta receta existía en España desde el siglo XIII.
En lo que respecta a su elaboración, es un plato tradicional de origen bereber hecho a base de sémola de trigo. Tradicionalmente se hace con sémola de la parte dura del trigo molida de tal forma que no se ha llegado a convertir en harina. El cuscús se prepara habitualmente con ternera, cordero, pollo, cabrito o camello, pero también puede hacerse exclusivamente con verduras.
A su vez, aunque sean formas menos frecuentes, también hay cuscús dulce y de pescado. Para su preparación dulce, lleva azúcar, cebolla caramelizada, pasas, miel y canela. Es lo que en Marruecos se llama tfaya;. el cuscús con restos de pescado se puede encontrar especialmente en Túnez.
Un dato a tener en cuenta si en algún momento piensas en prepararlo, es que, cuando se come cuscús, hay ciertas reglas no escritas que marcan la historia y tradición de este plato. Por ejemplo, la sémola se sirve desbordando el plato, sin dejar huecos, pues lo contrario dará impresión de mezquindad. También pasa que cada comensal comerá sólo de la parte que tiene delante. Finalmente, siempre debe quedar algún resto dentro de la fuente.
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