El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) publicó este miércoles 27 de abril un boletín en el que analizaron el hallazgo de cráneos de aproximadamente mil años atrás en la Cueva de Comalapa, Chiapas. Esta investigación permitió a los investigadores determinar que en el lugar pudo existir un altar de cráneos. Los restos habían sido descubiertos por la policía mexicana, quienes en un principio, tuvieron la hipótesis de un crimen que luego fue descartado.
Después de una década de exámenes y análisis se determinó que los restos óseos correspondían a víctimas de sacrificios humanos entre los años 900 y 1200 después de Cristo, informaron este miércoles desde el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Los arqueólogos establecieron que los restos tienen modificaciones en el cráneo de tipo tabular erecta, esto quiere decir, una deformación que se da por la restricción del crecimiento que provoca la expansión, aplastamiento y acortamiento de la cabeza. Este tipo de prácticas eran comunes en la etapa del Posclásico Temprano entre los años 900 y 1200 d.C.
Los factores que resultan en favor de la hipótesis son que se han identificado huesos largos de fémures, tibias o radios así como cráneos y partes de ellos sin embargo, no se encontró ningún esqueleto completo, por lo que se concluye que los individuos fueron decapitados.
Javier Montes Paz, antropólogo físico e investigador del INAH de Chiapas, señaló que aún no cuentan con un cálculo exacto debido a la condición de los huesos pero que aproximadamente son 150 cráneos.
Los expertos anunciaron que las personas de la cueva fueron probablemente decapitadas en una especie de ritual y los cráneos se exhibieron en un tipo de estructura llamado «tzompantli». Hay registros de esto en la historia e incluso hay restos de españoles.
Los restos encontrados en la cueva fueron colocados sobre postes, en lugar de que fuesen colgados entre ellos, como era habitual entre los aztecas y civilizaciones de la zona.
Un detalle no menor que llamó la atención de los arqueólogos es que había más cráneos femeninos que masculinos, y ninguno tenía dientes. Además, los antropólogos mencionaron que entre los restos humanos se encontraron los de 3 niños.
“Aún no tenemos el cálculo exacto de cuántos hay, dado que algunos están muy fragmentados, pero hasta el momento podemos hablar de aproximadamente 150 cráneos”, señaló el especialista al brindar una síntesis de los trabajos de conservación preventiva, limpieza y catalogación aplicados en cada uno de ellos”.
Javier Montes Paz, antropólogo físico e investigador del INAH de Chiapas