En el verano de 1987, el artista austriaco André Heller inauguró en Hamburgo (Alemania) un proyecto revolucionario: Luna Luna, un parque de diversiones con instalaciones creadas por los artistas más destacados de la época. Concebido como un sueño tanto para los más pequeños como para los amantes del arte, Luna Luna encantó a aproximadamente 250.000 visitantes durante aquel único verano. Sin embargo, tras su cierre al final de la temporada, el parque cayó en el olvido durante 35 largos años.
Ahora, los tesoros del parque han sido rescatados de 44 contenedores en Los Ángeles y han sido reabiertos a más de 9.000 kilómetros de distancia. Este ambicioso proyecto, financiado inicialmente con 350.000 dólares por la revista alemana Neue Revue, reunió a un grupo excepcional de artistas de renombre mundial.
Desde Salvador Dalí, quien ideó el Dalídom con un sorprendente interior decorado por él mismo, hasta Andy Warhol, quien recomendó la inclusión de Miles Davis, el parque contó con la colaboración de aproximadamente 30 visionarios del arte. Kenny Scharf, Roy Lichtenstein, David Hockney, Jean-Michelle Basquiat y Sonia Delaunay, entre otros, dejaron su huella en Luna Luna con creaciones que desafiaban los límites entre el arte y la diversión.
A pesar de que el proyecto original no logró su expansión planeada, la Fundación Stephen y Mary Birch adquirió Luna Luna por seis millones de dólares y lo trasladó a San Diego, California. Después de años de olvido, el parque fue reubicado en el desierto de Texas en 2007, donde permaneció durante una década y media hasta su reciente recuperación.
Los actuales promotores del parque están comprometidos en crear nuevas experiencias que fusionen arte y juego, con la visión a largo plazo de construir una versión actualizada de Luna Luna, integrando a artistas contemporáneos.
Aunque actualmente se consideran las instalaciones demasiado valiosas y delicadas para su uso original, la capilla de Heller ofrece la oportunidad única de casarse «bajo la excéntrica ley de Luna Luna» por tan solo diez dólares. Luna Luna continúa siendo un lugar mágico, lleno de arte y alegría, ofreciendo una vía de escape a la vanguardia más estrambótica y una invitación a explorar un mundo donde la imaginación no tiene límites.