¿Cómo será la vida de alguien que conoció más de sesenta países andando en bicicleta?
Para saber más sobre esto el diario La Nación (Argentina) entrevistó a Nicolás Marino, un argentino de 38 años que hace 10 años recorre el mundo en bicicleta.
De profesión arquitecto y fotógrafo, se define como explorador incansable del mundo y aventurero por naturaleza.
«Ningún libro, universidad, mentor o maestro espiritual puede enseñarte lo que aprendes experimentando el mundo de este modo. ¿Qué es lo peor de andar en bicicleta? Lo peor es que al dejarla para retomar una vida más monótona y predecible, es muy difícil volver a sentir. En cierto punto es como vivir sanamente drogado», cuenta Nicolás después de haber recorrido más de 87.020 km.
Sin embargo, no todo es color de rosa, paisajes hermosos u experiencias increíbles. «Presenciar diariamente en vivo y en directo algunas de las causas y las consecuencias de cuán crueles, egoístas y faltos de humanidad podemos ser los seres humanos, es devastador».
Muchos de los que, al menos, alguna vez viajamos sabemos cómo esto repercute en nuestras cabezas y las reflexiones que nos debemos detener a realizar. Éste andante cuenta: «Suelo pasar muchas crisis internas y momentos de profunda reflexión tratando de conciliar las injusticias del mundo y no dejarme consumir por el odio y la negatividad que generan». Y agrega: «Mi naturaleza optimista, sin ignorar lo que es evidente que está mal, me hace tratar de conectar con la dignidad humana que sobrevive a los espacios de sufrimiento, por más pequeños que sean. El 99% del tiempo no sólo la encuentro en todas las personas, sino que está muy viva, y eso me reconforta y me hace recuperar mi fe en la humanidad».
Para esos que todavía no se animan a salir al camino y vivir su propia experiencia Nicolás recomienda: «Sueñen mucho, y prioricen la curiosidad. Está bien vivir como adultos pero con la condición de obstinarse en soñar y disfrutar como niños. No tengan miedo a los miedos, porque una vida diferente de genuina plenitud es posible y espera a todos aquellos atrevidos que se rehúsan a creer que la vida debe ser lo que los demás intentan imponerles».