Según ha trascendido, se trata de una nueva legislación que prepara el Gobierno británico y que será votada este jueves en el Parlamento: una vez aprobada la misma, se decretará que los residentes del Reino Unido que se vayan de vacaciones al extranjero deberán enfrentarse a multas de 5.000 libras (5.789 euros) a su regreso.
La medida busca desalentar los viajes en la región ante la posibilidad de que una nueva ola de contagios llegue desde Europa a este país. En efecto, esta nueva ley, que endurecerá las restricciones para contener la propagación de la COVID-19, impone multas cuantiosas para quienes no adjudiquen un motivo de fuerza mayor para salir del país.
Cabe destacar que, en lo que a salidas del Reino Unido respecta, las mismas se encuentran prohibidas desde el pasado mes de enero. En un principio, la hoja de ruta detallada por el Ejecutivo para proceder con la desescalada contemplaba permitir los viajes no esenciales a partir del 17 de mayo, como muy pronto.
Asimismo, también han indicado que las personas que viajen desde Inglaterra a otra parte del Reino Unido con el objetivo de abandonar el país o se dirijan a un aeropuerto con esa finalidad también serán multadas con la citada cantidad. Sin dudas, la medida ha provocado gran polémica en Reino Unido, y precisamente un notable descontento para quienes se encontraban a la espera para disfrutar de unas vacaciones una vez concluyera el confinamiento.
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