Es la historia que, en estos momentos, está dando vuelta al mundo. No solo por su viralización, si no por la forma en la que sacude emocionalmente semejante milagro de la vida: un escalofriante rescate a una bebé recién nacida bajo los escombros de un edificio que resultó gravemente afectado como consecuencia del fatal terremoto en Turquía y Siria ocurrido el pasado lunes.
La bebé recién nacida fue rescatada con vida y con el cordón umbilical intacto entre los escombros, por lo que se estima que podría tratarse de un nacimiento que tuvo lugar en el noroeste de Siria una vez ocasionado el trágico sismo. Según ha indicado un familiar, su madre rompió aguas poco después del desastre y dio a luz antes de morir. Desafortunadamente, su padre, cuatro hermanos y una tía también murieron en el terremoto.
Imágenes dramáticas mostraron a un hombre cargando a la bebé, cubierta de polvo, después de que la sacaran de los escombros en Jindires: la historia de esta niña será, quizás, una de las más trascendentales en el marco de la catástrofe natural que ya se posiciona como uno de los hitos más lamentables del 2023.
«Escuchamos una voz mientras cavamos», informó el tío este martes a la agencia de noticias AFP. «Limpiamos el polvo y encontramos a la bebé con el cordón umbilical (intacto), así que lo cortamos y mi prima la llevó al hospital», agregó. El pediatra Hani Maarouf dijo que la bebé llegó a su hospital en mal estado, con «varios hematomas y laceraciones en todo el cuerpo». Con el paso de las horas, y según han recogido otros medios internacionales, un médico de un hospital en la cercana Afrin anunció que la bebé recién nacida pesa 3.175 kilogramos y se encontraba estable.
La bebé fue fotografiada acostada en una incubadora y conectada a un gotero, mientras se realizaba un funeral conjunto para su madre Afraa, su padre Abdullah y sus cuatro hermanos. Tristemente, ellos se encuentran entre las al menos 1.800 personas que, hasta el momento, se sabe que murieron a causa del terremoto en Siria, según ha dado a conocer el gobierno con sede en Damasco y los Cascos Blancos, cuyos socorristas voluntarios operan en áreas controladas por la oposición.
Al tanto de lo sucedido, hace unas horas UNICEF ha advertido que el terremoto en Turquía y Siria de magnitud 7.8 grados -que ya registra más de 5.000 víctimas fatales y decenas de miles de heridos- podría haber ocasionado la muerte de miles de niños, no pudiendo dar información precisa, ni números ni pronósticos sobre tal situación.