La Fontana di Trevi, en Roma, es sin duda uno de los íconos más emblemáticos de la cultura italiana. Es por su belleza, que miles de turistas la visitan cada día, tratando de capturar la imagen perfecta. Y desafortunadamente, con las multitudes vienen también los daños, tanto intencionados como involuntarios.
Por eso, para evitar que los turistas se sienten en el borde de la fuente, se bañen en ella y la contaminen, el ayuntamiento de Roma aprobó una resolución para erigir barreras alrededor del emblemático monumento.
Las autoridades romanas esperan que la barrera ponga fin a la batalla de tratar de preservar la fuente del comportamiento imprudente de los turistas. Y es que en el pasado muchos de ellos hasta han tratado de nadar en las aguas de la fuente, imitando una escena de La Dolce Vita.
Según la moción aprobada por el ayuntamiento, «Debe haber respeto por las partes simbólicas de Roma Capitale», así como «patrullas continuas» para asegurarse de que los monumentos no se dañen. También exige una ofensiva contra los vendedores ambulantes alrededor de la fuente y el Coliseo.
La barrera de vidrio y acero de un metro de altura alrededor del famoso monumento evitaría que los turistas se sienten o naden en él, según la moción del consejo aprobada el viernes pasado.
Sin embargo, esta medida ya empezó a generar polémica. El arquitecto e historiador italiano Paolo Portoghesi se opone ferozmente a la decisión de levantar una barrera. «Instalar una barrera parece una ofensa aterradora para la belleza de una obra maestra que se entrega generosamente a quienes la observan».
Por otro lado, la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, defendió el proyecto y dijo que la barrera no obstaculizaría la vista de la fuente ni afectaría la tradición de arrojar monedas a sus aguas.
El plan de Roma para construir una barrera protectora alrededor de la Fontana de Trevi ha provocado la indignación de los expertos en artes y patrimonio desde que fue aprobado por el ayuntamiento la semana pasada.
