Una pareja quedó varada en el aeropuerto de Cracovia, Polonia, luego de que Ryanair les negara el embarque en un vuelo con destino a Alicante. Lo que comenzó como un simple desacuerdo sobre el equipaje de mano, terminó en una acusación infundada por parte de la aerolínea y un reclamo legal por los perjuicios ocasionados.
Marcin y su esposa ya habían pasado todos los controles cuando una empleada de la aerolínea les pidió verificar el tamaño de su equipaje. Aunque el equipaje cabía en el compartimiento permitido, el comentario de Marcin —»parece grande, pero cabe»— pareció molestar a la trabajadora. La situación se tensó aún más cuando le exigieron a la esposa que metiera una bolsa de documentos adicional dentro de la maleta principal. Lo que siguió fue un cruce verbal que terminó con la pareja siendo retirada del vuelo.
Según la pareja, la empleada alegó que Marcin se encontraba ebrio, cuando en realidad estaba enfermo, lo que le alteraba la voz. Incluso, tras solicitarlo, se le realizó una prueba de alcoholemia que dio negativa y fue confirmada por la policía.
Pero el daño ya estaba hecho. El resto de la familia, que ya había embarcado, fue amenazada con ser bajada del avión si no abandonaban el vuelo voluntariamente. Ryanair incluso retiró las maletas de la bodega, obligando a la pareja a comprar nuevos pasajes y pagar un taxi de urgencia. En total, perdieron unos 675 euros, incluyendo el nuevo vuelo y los traslados.
Cuando intentaron presentar una queja, descubrieron que el formulario online de Ryanair no contemplaba la opción “me impidieron embarcar”. Sin respuesta por parte de la compañía, recurrieron a un estudio de abogados, que ya envió un requerimiento legal antes de iniciar acciones judiciales.
Por su parte, Ryanair defendió su postura: alegó que la pareja perturbó el orden y mostró una actitud agresiva, aunque no aportó pruebas públicas que lo respalden. “Seguiremos tomando medidas para garantizar un entorno seguro y respetuoso”, indicó la vocera regional de la aerolínea.
Este nuevo incidente reaviva las críticas sobre el trato que Ryanair da a sus pasajeros y los límites de autoridad de las aerolíneas, especialmente cuando se trata de situaciones que podrían resolverse con diálogo en lugar de castigos arbitrarios.
