¿A quién no le paso alguna vez, por no decir todas, de tener mucho frío una vez adentro de la cabina del avión? Nunca un término medio, sin importar la fecha en la que viajes.
La respuesta a esta pregunta totalmente cierta, tienen una explicación casi médica. Mantener las temperaturas en el “extremo” es una de las mejores opciones para evitar los desmayos en los pasajeros.
Sí, leíste bien. Si la temperatura desciende a 20 grados los pasajeros comienzan a tener frío, temblar y a quejarse, pero las estadísticas de vuelo sugiere que muchos pasajeros se han desmayado cuando la temperatura sube por encima de 24 grados.
Esto es apoyado por un estudio realizado por la Sociedad Americana de Ensayos y Materiales, que concluyó que: «Hay pruebas de que la presión de la cabina y la temperatura pueden contribuir a la aparición de síncope», el término médico para desmayos.
Esto resulta de un flujo sanguíneo deficiente al cerebro, lo que podría ocurrir cuando un pasajero se levanta después de un período prolongado de inactividad.
Los pilotos tratan de mantener la temperatura en un rango de aproximadamente 20-28 grados, pero dentro de esos parámetros el control de temperatura real queda a cargo de la tripulación de vuelo, que generalmente la establece en 22 ó 23 grados como máximo.
Así que por más que te quejes y patalees, no mucho ya que en turista no hay mucho espacio, te recomendamos que te abrigues bien.