Dos hombres decidieron convertir la madrugada parisina en escenario de una hazaña extrema y prohibida: saltaron en paracaídas desde la Torre Eiffel, desafiando no solo las leyes, sino también las medidas de seguridad del monumento más icónico de Francia. La aventura terminó con ambos detenidos y una posible pena de hasta cinco años de cárcel y más de 40.000 euros en multas.

El episodio ocurrió el pasado 10 de julio, poco después de las cinco de la mañana, cuando los individuos escalaron la estructura de más de 300 metros y, pese a ser detectados por personal de seguridad, lograron lanzarse al vacío. Uno aterrizó cerca del Puente de Jena, al borde del Sena, y el otro en los Campos de Marte. Una tercera persona, presuntamente vinculada a la maniobra, también fue arrestada en las inmediaciones.
Aunque los equipos de seguridad y bomberos intentaron disuadirlos durante casi una hora, los dos hombres ignoraron las advertencias. “Queremos saltar”, fue lo único que dijeron antes de lanzarse.
La fiscalía abrió una investigación por allanamiento de un sitio histórico y por poner en peligro a terceros al violar una obligación reglamentaria de seguridad. De ser encontrados culpables, podrían enfrentar una condena de hasta 5 años de prisión, además de multas de hasta 45.000 euros.

El motivo detrás del salto parece estar más vinculado a la adrenalina que a una protesta o causa política. Según fuentes cercanas al caso, eligieron la Torre Eiffel por su valor simbólico, el desafío que implica y la búsqueda de una descarga de dopamina extrema.
Sin embargo, la euforia podría tener consecuencias serias. El proceso judicial sigue en curso y, aunque aún no hay condena firme, las autoridades advirtieron que este tipo de actos no solo ponen en riesgo a quienes los cometen, sino también a las personas que transitan por la zona.
En pleno año olímpico y con París bajo la mirada del mundo, la seguridad en sitios emblemáticos es prioridad. Y esta vez, el salto desde las alturas no fue motivo de celebración, sino de preocupación.