En el corazón de Colombia, el municipio de San Bernardo se ve envuelto en un misterio que perdura desde hace décadas: la inexplicable momificación de algunos de sus difuntos en el cementerio local.
Desde 1963, este pintoresco pueblo situado a unos 100 kilómetros de Bogotá ha sido testigo de un fenómeno desconcertante: cuerpos que, al ser enterrados en sus bóvedas, terminan por momificarse de manera natural, desafiando las leyes de la naturaleza y la ciencia.
Más de 60 años han pasado desde el hallazgo de la primera momia, y aún las causas de este extraño suceso siguen siendo un enigma. Aunque se han propuesto diversas teorías a lo largo del tiempo, desde el clima hasta la alimentación y el estilo de vida de la población, ninguna ha sido confirmada científicamente.
Durante los años 80, el fenómeno alcanzó su punto máximo, con hasta 50 momias descubiertas anualmente, aunque en la actualidad este número ha disminuido considerablemente, siendo ahora solo unos pocos casos.
Según la antropóloga Daniela Betancourt, las condiciones del cementerio, ubicado en una ladera montañosa expuesta constantemente al viento y al calor, podrían actuar como un horno de cocción, deshidratando lentamente los cuerpos y facilitando su momificación.
Sin embargo, ningún patrón claro de edad, sexo o contextura física ha sido identificado para explicar este fenómeno. Las momias de San Bernardo comparten similitudes con las encontradas en lugares como Guanajuato (México) y Palermo (Italia), según los expertos.
A pesar de que los familiares de los difuntos tienen la opción de autorizar la exhibición de las momias en un museo local, la mayoría elige cremar los restos de estas personas, añadiendo aún más misterio a este enigma que perdura en San Bernardo.