Un Rage room, anger room o sala de la ira, es una moderna alternativa que surge con el propósito de ayudar a las personas a poder liberarte de todo el stress, enojo o frustraciones del diario vivir. Conforme avanza el tiempo, su expansión por el mundo se vuelve cada vez más natural. Por lo pronto, ahora son los brasileños quienes están recurriendo a nuevas formas de liberar su ira gracias a un nuevo “Rage Room” en un almacén cerca de São Paulo.
La instalación que promete ser un bálsamo para la descarga de la furia abrió sus puertas el mes pasado y por no mucho dinero, los visitantes pueden llevar un mazo para destruir varios objetos como televisores, computadoras e impresoras.
Para poner en contexto, una sala de ira, también conocida como sala de aplastamiento o sala de ira, es un negocio donde las personas pueden desahogar su ira destruyendo objetos dentro de una habitación. Las salas de ira pueden consistir en falsas salas de estar y cocinas con réplicas de muebles y objetos como televisores y escritorios.
El negocio es una creación de Vanderlei Rodrigues, quien quería crear una salida para que las personas liberaran adrenalina y emociones reprimidas. El “Rage Room” ya ha recibido a una serie de participantes deseosos de dar rienda suelta a su frustración, ya sea relacionada con la pandemia, el trabajo, la vida familiar o el estado general del mundo.
En diálogo con la agenia de noticias Reuters, Rodrigues afirmó: “Creo que fue el mejor momento para poder montar esto aquí en Cidade Tiradentes, relacionado con todo lo que está pasando la gente, mucha ansiedad, estrés”.
Los visitantes deben usar cascos y trajes protectores por seguridad. También se les anima a escribir exactamente lo que los está marcando en la pared y proceder a resolver los problemas.
La “Sala de la ira” sirve como un espacio seguro para liberar la ira y muchos eligen atacar en un ambiente divertido en lugar de en cualquier otro lugar. Una de las participantes, Luciana Holanda, compartió: “Con todo este estrés acumulado, ser madre, tener hijos y no poder trabajar… es muy bueno poder liberar algo de estrés y desahogarse. No voy a desahogar mis frustraciones con mis hijas ni con nadie, así que prefiero romper las cosas, me encanta”.
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