Los verdaderos orígenes del vino finalmente han sido revelados después de miles de años, tras un nuevo estudio.
Sabemos que el vino existe desde hace mucho tiempo y que ha sido la bebida preferida de todos, desde los romanos que daban banquetes hasta el ‘Canciller de Hierro’ Otto von Bismarck, de quien se rumoreaba que bebía un poco con cada comida, incluido el desayuno.
Pero aunque sabemos que tiene una base de seguidores establecida desde hace mucho tiempo, se sabe poco sobre algunos aspectos específicos de los orígenes de la bebida.
Un estudio reciente ha revelado más sobre los viajes geográficos y genéticos que llevaron las uvas a ciertos terroirs después de que un gran equipo de investigadores internacionales analizara 2.503 vides únicas de uvas de mesa y de vino domesticadas y 1.022 vides silvestres.
La investigación se publicó a principios de este año en la revista Science, pero ahora se explora con más detalle como parte de la edición de octubre de Scientific American.
«Aclaramos la evolución de la vid y las historias de domesticación con 3525 muestras cultivadas y silvestres en todo el mundo», escribieron los autores en su resumen.
“En el Pleistoceno, el clima severo impulsó la separación de ecotipos de uvas silvestres causada por la continua fragmentación del hábitat. Luego, la domesticación se produjo simultáneamente hace unos 11.000 años en Asia occidental y el Cáucaso para producir vides de mesa y de vino».
“Los domesticados de Asia occidental se dispersaron en Europa con los primeros agricultores, introgresaron con antiguos ecotipos occidentales salvajes y posteriormente se diversificaron a lo largo de las rutas de migración humana hacia moscatel y ascendencias únicas de uvas de vino occidentales a finales del Neolítico».
“Los análisis de los rasgos de domesticación también revelan nuevos conocimientos sobre la selección de la palatabilidad de las bayas, el hermafroditismo, el sabor a moscatel y el color de la piel de las bayas. Estos datos demuestran el papel de las vides en los inicios tempranos de la agricultura en toda Eurasia”.
Los estudios genéticos para descubrir dónde se originaron las vides hace miles de años comenzaron hace unos 10 o 15 años, y muchos sugirieron que las uvas silvestres crecieron en Asia central y se dispersaron hacia el oeste cuando los primeros humanos comenzaron a migrar en esa dirección.
Sin embargo, Wei Chen, investigador científico de la Universidad Agrícola de Yunnan en China y uno de los líderes del estudio, dijo a Scientific American que los hallazgos recientes corrigen esta historia.
Los investigadores también pensaban anteriormente que los humanos domesticaron las vides a partir de ancestros silvestres que se extendieron hace 8.000 años por Asia occidental y Europa, y algunos expertos creían que las vides se cultivaron por primera vez en la Península Ibérica hace unos 3.000 años, mientras que otros pensaban que ocurrió en el Cáucaso.
«El estudio reciente resuelve este debate: los humanos en Asia occidental domesticaron las uvas de mesa hace unos 11.000 años», explica Scientific American.
«Otras personas, en el Cáucaso, domesticaron las uvas para vino aproximadamente al mismo tiempo, aunque probablemente no dominaron la elaboración del vino hasta dentro de 2.000 o 3.000 años».
En cuanto a por qué aquellos en el Cáucaso que ya tenían uvas no las trajeron a Europa, Chen dijo: «Simplemente no lo sabemos todavía».
Una vez que los agricultores comenzaron a cultivar uvas para vino en Europa, desarrollaron varias de las variedades que conocemos y amamos hoy.
Sin embargo, es prácticamente imposible rastrear una variedad actual hasta Asia occidental o el Cáucaso, ya que los productores de uva han cruzado uvas de mesa y de vino, y uvas domesticadas y silvestres, a lo largo de los años, y algunos incluso han cruzado descendencia con sus padres.
Chen añadió: “Una vez que tenían una vid superior, por lo general destruían las vides anteriores, lo que demuestra lo difícil que es obtener una imagen completa del árbol genealógico».
