El turismo de salud está en auge a nivel mundial, con destinos que integran el bienestar físico, mental y emocional en sus ofertas. En este contexto, Singapur se está posicionando como un referente emergente, fusionando ciencia y naturaleza para crear experiencias restaurativas.
Una de sus apuestas más innovadoras son los jardines terapéuticos, diseñados para mejorar la calidad de vida de los visitantes. Actualmente, el país cuenta con 16 jardines de este tipo y planea expandirse a 30 para 2030. Estos espacios han sido creados con criterios científicos que buscan reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y ofrecer experiencias inclusivas.

Algunos jardines están diseñados específicamente para atender las necesidades de poblaciones vulnerables, como personas con autismo, ansiedad o demencia. Destacan lugares como el jardín de Punggol Park, que alberga la primera pista de obstáculos al aire libre para usuarios en sillas de ruedas, y el Parque Sembawang, con su jardín comestible pensado para estimular los sentidos.
Entre otros espacios icónicos, se encuentran el Jardín Botánico de Singapur, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, los Jardines del Lago Jurong, con senderos accesibles y juegos inspirados en la fauna local, y Sun Plaza Park, que cuenta con estaciones sensoriales y zonas de relajación diseñadas para personas con TDAH.

Según Carrie Kwik, Directora de la Oficina de Turismo de Singapur, estas iniciativas buscan diferenciar al país y responder a la creciente demanda de experiencias que promuevan el bienestar integral. Además de los jardines terapéuticos, Singapur también apuesta por las galerías de arteterapia, centros de flotación y estudios de luz curativa como parte de su estrategia para consolidarse como un destino clave en el turismo de salud.
Con estas iniciativas, Singapur reafirma su compromiso con la innovación y el bienestar, ofreciendo a los viajeros una combinación única de ciencia, naturaleza y sanación.