A medida que las olas de calor extremas del verano profundizaron las sequías y dieron lugar a los incendios forestales en el hemisferio norte, las tormentas de invierno con nevadas importantes cambiaron la postal en el hemisferio sur, como es el caso de Chile y Argentina.
En julio de 2022, los sistemas meteorológicos consecutivos aliviaron el déficit de precipitaciones en el centro de Chile, ya que éste país viene sufriendo una sequía histórica y aumentaron la capa de nieve en la cima de los Andes, una reserva crítica de agua para el próximo verano.
El manto de nieve fresca a lo largo de la cordillera entre Chile y Argentina es visible en la imagen de abajo, adquirida el 16 de julio por el satélite Terra de la NASA . Las fuertes lluvias y las nevadas cayeron en el área a pesar de las condiciones de La Niña en alta mar en el Pacífico que típicamente traen inviernos secos. La precipitación trajo al menos un alivio temporal a un área que sufría una sequía de una década.
A medida que disminuyeron los déficits de agua en algunos lugares, René Garreaud, científico de la Universidad de Chile, mencionó que espera que se reduzcan las probabilidades de escasez de agua el próximo verano. Eso depende en parte del estado de la capa de nieve de la montaña, que es una fuente de agua particularmente importante para el consumo humano, la generación de energía y la agricultura.
Sin embargo, desde el gobierno chileno han remarcado que el déficit hídrico continua:
“Hemos tenido importantes nevadas y lluvias, lo que es muy positivo, pero tal como dije hace unos días, no hemos podido aún revertir el déficit hídrico de más de una década. Si bien hemos acortado brechas, aún tenemos regiones como Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule y Magallanes con déficit de lluvias respecto del promedio histórico y 9 embalses que aún están críticos y que tienen menos del 20% de su capacidad”, advirtió el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García.
Cabe recalcar que desde hace 13 años, Chile está viviendo una fuerte crisis por la sequía. En muchas ciudades los arroyos y los ríos se redujeron entre un 50 y más del 90%. El 72% del territorio del país sufre de la sequía y 156 de las 345 comunas de la nación presentan riesgo de desertificación, amenaza que podría afectar a más de 6 millones de habitantes (38% de la población).
