La ciudad de los canales amaneció con una visita inesperada: un delfín mular, apodado cariñosamente “Mimmo” por los venecianos, fue visto nadando entre góndolas, barcas y vaporetti en la laguna de Venecia, provocando asombro entre turistas y residentes.
El Museo de Historia Natural de Venecia pidió a través de sus redes sociales no acercarse al animal, evitar el contacto directo y no lanzarle comida ni objetos, para proteger su bienestar. “Desconocemos por qué un delfín decide acceder a un lugar con tanto tráfico, porque el ruido de los motores y las hélices lo debe incomodar, pero se ha quedado”, explicó Luca Mizzan, responsable de la institución.
El cetáceo, identificado como un delfín mular o Tursiops truncatus, parece estar en buen estado de salud. Ya había sido detectado meses atrás en uno de los accesos a la laguna, pero en las últimas semanas decidió acercarse hasta la zona frente a la Plaza de San Marcos, uno de los puntos más transitados y emblemáticos de la ciudad.
Aunque la presencia de delfines en las aguas venecianas no es del todo excepcional, los científicos destacan que es inusual que permanezcan tanto tiempo en un área tan concurrida. Por eso, las autoridades han reforzado las medidas de seguridad, ordenando a las embarcaciones mantener al menos 50 metros de distancia del animal.
La Guardia Costera italiana se encuentra siguiendo sus movimientos y pidió a los ciudadanos reportar avistamientos en otras zonas de la laguna, como La Giudecca o la isla del Lido, mientras se espera que “Mimmo” finalmente regrese al mar Adriático por su cuenta o se reúna con su grupo.
Mientras tanto, el delfín se ha convertido en una sensación local, atrayendo miradas y sonrisas en medio del bullicio de una Venecia que, por unos días, cambió las góndolas por un inesperado visitante marino.

