Dos empresarios ugandeses que trabajan para reciclar los desechos plásticos en materiales de construcción han alterado su producción para hacer frente a la escasez de equipos médicos de protección personal (EPP) en los hospitales que atienden a los pacientes con COVID-19 del país.
Después de que el gobierno ordenó el cierre de todos los negocios no esenciales, Peter Okwoko y su colega Paige Balcom, cofundadores de Takataka Plastics, continuaron trabajando en sus instalaciones de procesamiento de plásticos.
Pero, en lugar de cosas como tejas, comenzaron a reciclar los desechos plásticos y convertirlosen protectores faciales para los trabajadores médicos.
Después de publicar una imagen de su prototipo en las redes sociales, la pareja recibió una sorprendente llamada de un hospital regional pidiendo 10 protectores faciales porque no tenían suficiente.
Utilizando moldes de origen local para plástico fundido, los dos terminaron el pedido y los entregaron, antes de recibir una llamada más tarde en la tarde del mismo hospital pidiendo más porque «los primeros les funcionaron muy bien», Okwoko, 29 , dijo a Reuters.
La escasez de EPP ha ocurrido en todo el mundo, y los hospitales ugandeses no son la excepción, pero Takataka Plastics, hasta ahora, ha fabricado 1.200 protectores faciales. Aún más inspirador, el personal de 14 personas de la compañía, incluye seis empleados que estaban sin hogar, jóvenes desempleados.
Alrededor de 500 de los protectores se vendieron a ONG y centros de salud privados a un bajo costo y los otros 700 fueron donados a hospitales públicos.
Takataka espera aprovechar el éxito de los protectores faciales y expandir sus operaciones a una instalación de procesamiento y reciclaje de plástico más adecuada. Actualmente, su fábrica puede reducir alrededor de 60 kg de plástico por día, pero su objetivo es establecer una capacidad mensual de 9 toneladas métricas.
Uganda ve cientos de toneladas de plástico desechadas anualmente, y su solución innovadora a la crisis de EPP ha llevado a estos empresarios a soñar en grande.
Algo similar sucedió del otro lado del planisferio, donde docentes y estudiantes de una universidad argentina imprimieron máscaras para que los médicos se protejan del coronavirus.
Se trata de la Universidad Nacional de La Plata, la emblemática casa de estudios que, tal como su nombre lo indica, se encuentra situada en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires.
Considerada como la segunda universidad pública más importante del país, en esta oportunidad se destaca por una solidaria iniciativa liderada por docentes y estudiantes miembros de la Facultad de Ingeniería, una unidad académica perteneciente a dicha institución.
A partir de la tecnología de impresión 3D, esta Universidad se ha puesto en marcha para elaborar unos 200 protectores faciales por cada día con el objetivo de fortalecer el sistema de salud ante el avance mundial del coronavirus.
De esta manera, el equipo a cargo de la impresión de estas máscaras de protección se ha propuesto reforzar el cuidado hacia los profesionales y aquellos que se encuentren entre los actores principales para combatir el avance del coronavirus.