Estábamos tan ansiosos con nuestros amigos por sacar los pasajes para irnos las dos parejas a recorrer Tailandia que el día que los sacamos fue tal la alegría que tardamos unos días en caer…
Llevábamos ocho años y medio en pareja y nuestros amigos cuatro, nuestras primeras vacaciones con ellos Iban a ser geniales ya que la amistad que tenemos y la confianza era increíble. Por mi parte nunca había salido del país sola, siempre con él.
Éramos una pareja muy unida hasta que con el pasar de algunas cuestiones nuestra relación llegó a su fin en Octubre del 2016. Fue una separación dolorosa y triste. Y algo que no ayudaba en absoluto era ese viaje en Marzo, para el cual faltaban seis meses.
-Vamos como amigos..
-Voy sola.
-Yo voy con los chicos..
-No, cambiá tu pasaje.
-No, cambio el mío..
Así eran algunas de las ideas qué propusimos con el correr de los meses. Yo no iba a poder soportar un viaje cómo amigos con quien había compartido varios años de mi vida y me había dejado, tampoco era justo que él pagara casi el valor de un pasaje nuevo desde Buenos Aires a Bangkok para cambiarlo de fecha…
Mi papá me dijo que perdiera el pasaje y no viajara sola, mi mamá lo mismo. Mi cabeza explotaba: cumplía con este viaje tan soñado? Lo iba a disfrutar? Lo dejaba pasar?
Después de pensarlo mucho, mientras atravesaba el dolor de la separación y no sabia qué hacer con mi vida (nosotros trabajábamos juntos y compartíamos mucho), decidimos viajar en el mismo vuelo y allá cada uno hacer su viaje por separado.
Iba a ser mi primer viaje sola, estaba llena de miedo y de incertidumbre: Iba a compartir el vuelo con él y mis amigos, y después a dónde iba a ir? Con quién?
Empecé a pensar en personas para sumar a mi viaje y ahí pensé en Steven.
Hace tres años atrás lo habíamos conocido en un viaje al sur de Argentina y mantuvimos la amistad hasta el día de hoy. Él vive en Suiza y yo en Buenos Aires y desde qué supo de mí situación me dio toda su contención y apoyo diario. Así que un día le dije si quería sumarse al viaje… y sin dudarlo, en dos segundos se unió a la aventura…
A partir de ese día no paramos de hablar por whatsapp ni un día. Nos saludábamos todos los días y y planeábamos el viaje juntos. Los meses pasaron, cada vez yo estaba mejor anímicamente gracias al cariño de todos mis amigos y familia que me levantaban el ánimo y estaban ahí haciéndome el aguante. Amigos de acá, de allá..de la vida y amigos de varias partes de Europa me dieron su contención y me brindaron las puertas de su casa para cuando yo quiera ir. Así qué pensándolo muy bien, sacando cuentas, sumando, restando y cotizando pasajes decidí emprender la aventura Europea, hacerlo.
Siempre fue mi sueño conocer Europa y en este momento de mi vida creí qué era el momento ideal para hacerlo después de Tailandia ya qué contaba con algunos ahorros y con un wanderlust enorme qué me impulsaba a hacerlo.
Ya pasaron tres semanas de nuestro viaje con Steven, nos unimos mucho y recorrimos Tailandia de norte a sur; caminamos, comimos, cocinamos Thai, buceamos, reímos, volvimos a caminar, a entrar a templos, a descansar en playas paradisíacas, a emborrachamos juntos y a disfrutar de poder compartir esto de viajar qué es TAN lindo y enriquecedor.
Pudimos conocer mucha gente y compartir momentos con ellos además de haber compartido casi toooodo el viaje con mi pareja amiga que son amigos ahora también de él.
Te das cuenta que todos tus prejuicios se van viajando, que perdés el miedo a salir de tu zona de confort y aprendés que podés ser Muy feliz con muy poco. Que podés ver la felicidad de los niños jugando en la calle con tapitas o en un columpio y no con una tablet. Probás comidas diferentes, exóticas hasta qué se te incendia la lengua de lo picante y aprendes que perderse es la mejor forma de encontrarse y conocer lugares nuevos.
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Estoy lista para perderme en las ciudades y montañas de Europa, estoy dispuesta a conocer otra cultura y conocer lo extraño y diferente. Mi viaje en Tailandia ya termina pero otro a pura aventura comienza…
