Suecia es el hogar de una maravilla única: el hotel de hielo, una obra maestra efímera que surge con el invierno y se desvanece con la llegada de la primavera. Construido con bloques de hielo que pesan hasta dos toneladas cada uno, este hotel ofrece a sus huéspedes una experiencia inolvidable en un entorno que desafía la imaginación.
Cada invierno, cuando el río Torne se transforma en un manto de hielo, surge un nuevo Icehotel en el pintoresco pueblo de Jukkasjärvi, al norte de Suecia. Este proyecto de arte efímero, el primero y más grande del mundo, deslumbra a visitantes de todo el mundo durante cinco meses antes de fundirse con la llegada de la primavera.
Al adentrarse en el hotel, los huéspedes son recibidos por una temperatura más reconfortante que en el exterior, mientras exploran un mundo mágico tallado en hielo. A pesar de las temperaturas que oscilan entre -5 y -7 grados Celsius, la experiencia se vuelve acogedora gracias a sacos de dormir especialmente diseñados para condiciones extremas y a la provisión de un edificio anexo con todas las comodidades modernas, incluyendo calefacción, baño y ducha.
Lo que hace que este hotel sea extraordinario son sus detalles únicos: desde las quince a veinte habitaciones estándar de hielo hasta las doce suites artísticas, cada una diseñada y esculpida a mano por talentosos artistas seleccionados cuidadosamente.
Incluso ofrece un espacio para celebrar bodas, donde las paredes y el techo hechos de nieve crean un ambiente íntimo y romántico.
La construcción del hotel es todo un proceso. Enormes bloques de hielo se recolectan del río y se utilizan moldes para crear la forma deseada. Los pasillos y habitaciones se construyen con una técnica clásica de arco de catenaria, lo que garantiza su resistencia y durabilidad.
Desde sus inicios en 1989, Icehotel ha sido una expresión de arte efímero, donde se exploran ideas innovadoras y creativas con hielo y nieve. Para los creadores del hotel, no se trata solo de temas o escultores de hielo destacados, sino de ofrecer un espacio para transformar ideas en realidades heladas.
El Icehotel de Suecia es más que un lugar para descansar: es una experiencia que despierta los sentidos y la imaginación, recordándonos la belleza y la fugacidad del mundo que nos rodea.