Los monjes budistas en Tailandia visten túnicas fabricadas con telas confeccionadas con botellas de plástico recicladas, como parte de una política medioambiental impulsada por autoridades del país.
Para ello, los monjes recogen las botellas de plástico usado para su reciclaje en el templo Wat Jak Daeng, ubicado en la isla de Bang Kachao. Cada conjunto de prendas utiliza unas 30 botellas de plástico PET, además de algodón y otros materiales.
En este templo, los monjes lucen túnicas anaranjadas fabricadas con telas confeccionadas con botellas de plástico y otros materiales reciclados.
Además de las prendas, el templo Wat Jak Daeng también reutiliza las tapas y etiquetas de las botellas de plástico para crear sillas y otros productos y así predicar con el ejemplo en la lucha contra el consumo excesivo de plástico.
Desde hace meses, las autoridades tailandesas han iniciado una serie de medidas e impulsado políticas medioambientales para tratar de reducir el consumo de plástico no reciclable en el país.
Según un artículo de la revista Science de 2015, Tailandia era el sexto país que más plástico tiraba al mar después de China, Indonesia, Filipinas, Vietnam y Sri Lanka.
Con solo 12 años, esta niña le declaró la guerra al plástico y lucha por eliminarlo en Tailandia
Ralyn Satidtanasarn, también conocida como ‘Lilly’, sigue los pasos de la activista sueca Greta Thunberg: ha liderado protestas y también ha accedido a reuniones con políticos, aunque todavía sin éxito.
Durante el junio pasado, esta adolescente de doble nacionalidad estadounidense y tailandesa, obtuvo su primera victoria: ayudó a convencer a Central, una gran cadena de tiendas, para que no distribuya bolsas de plástico de un solo uso en sus supermercados.