En el extremo más occidental del Principado de Asturias, rozando con Galicia, un concejo de cuento se esconde entre el verdor de tupidos bosques y el discurrir de hechizantes arroyos. Unas tierras marcadas por la identidad del eonaviego, una mezcla entre el gallego y el asturiano, así como por oficios y costumbres ancestrales basados en el agua y el hierro.
Fruto de este último, el hierro, Taramundi ha cobrado fama internacional gracias a la fabricación artesanal de navajas y cuchillos; un oficio que nos muestra la Casa Museo de la Cuchillería Tradicional de Taramundi, en Pardiñas, en cuya puerta nos toparemos con la navaja más grande del mundo, una reproducción perfecta de más de siete metros y 1500 kilos que ostenta el premio Guinness.
Junto a este arte, otros muchos oficios artesanos presentes en la zona hacen de este concejo uno de los más importantes centros de artesanía de la región. La gastronomía tampoco es ajena y en este territorio son famosos el pan y, sobre todo, los quesos, en especial los elaborados con frutos secos.
Más allá de la artesanía, lo que más determina el encanto de este mágico espacio es el agua. Y en torno a ella se dan los paisajes más bellos y fascinantes. Este es el caso de uno de los conjuntos etnográficos más antiguos de toda Asturias, Os Teixois, a cuatro kilómetros de la villa de Taramundi, un excelente ejemplo de los antiguos modos de la utilización de la fuerza hidráulica a través de un caserío emplazado en un marco inigualable que pareciera sacado de un cuento de hadas.
Aún más cerca de la villa de Taramundi encontramos Mazonovo, donde la fuerza del río vertebra todo un conjunto de magníficos y vetustos molinos de agua, conformando la mayor concentración de estas estructuras de toda España con 19 construcciones, con la particularidad de estar aún en funcionamiento y de poder ser accionados, muchos de ellos, por las personas que visiten este museo vivo.
Además de estos dos espléndidos lugares donde el agua es omnipresente, podremos completar nuestro periplo en la Casa del Agua de la cercana localidad de Bres, donde nos aguardan múltiples e interesantes objetos y maquetas relacionadas con el líquido elemento.
Volviendo al bellísimo entorno de Mazonovo, a no mucha distancia se encuentra un punto ineludible como es la Cascada de Salgueira, una hermosa caída de agua de 50 metros envuelta en un verdor difícil de imaginar, que nos seducirá y nos sumergirá de lleno en ese ambiente mágico del concejo de Taramundi.
Una maravilla natural que se ha venido conociendo como «la cascada más verde del mundo» y que no es sino un reflejo de la exuberante naturaleza de toda esta parte de Asturias.
No es de extrañar, por tanto, que fuera aquí donde naciera un concepto que nos resulta hoy en día de lo más familiar, el «turismo rural», allá por 1984, cuando abrió sus puertas La Rectoral, un hotel que aprovechó una antigua casa parroquial para empezar a ofrecer sus servicios de alojamiento en este entorno de ensueño que te espera para ser descubierto y que vivas una experiencia digna de los más fabulosos relatos.