Lo que prometía ser un viaje rápido y eficiente al aeropuerto de Phoenix terminó convirtiéndose en una experiencia sacada de una película de ciencia ficción para Mike Johns, un emprendedor de Los Ángeles. Al solicitar un taxi autónomo de la compañía Waymo, Johns no esperaba que el vehículo comenzara a actuar de forma errática, poniendo en riesgo su llegada a tiempo para abordar su vuelo.
En un video compartido en su perfil de LinkedIn, Johns mostró cómo el auto autónomo comenzó a dar ocho vueltas innecesarias en un estacionamiento, mientras él intentaba desesperadamente comunicarse con el servicio de atención al cliente. “¿Alguien me está haciendo una broma? ¿Este carro está hackeado? Me sentí en una escena de un thriller de ciencia ficción”, escribió en su publicación.
Según explicó, el único apoyo que recibió fue a través de un sistema de Inteligencia Artificial, sin intervención humana, lo que aumentó su frustración. Aunque Waymo aseguró que el incidente solo provocó un retraso de cinco minutos y que el problema se solucionó con una actualización de software, Johns lamentó la falta de seguimiento humano a su queja. La compañía también informó que, a pesar del contratiempo, el pasajero llegó a su destino y no se le cobró el viaje.
El caso pone nuevamente en el centro del debate la seguridad y confiabilidad de los taxis autónomos y los sistemas de conducción asistida. Empresas como Waymo, Tesla, Ford y Zoox están siendo investigadas por las autoridades estadounidenses debido a incidentes relacionados con sus softwares, incluyendo accidentes e infracciones de tránsito.
Este episodio refleja los desafíos actuales en la implementación de tecnologías autónomas, que, aunque prometen revolucionar la movilidad, aún enfrentan problemas que pueden convertir una experiencia cotidiana en un viaje lleno de incertidumbre.