En una ciudad conocida por su ritmo acelerado, Tokio fue escenario de un evento que, paradójicamente, busca lo opuesto: la calma total. La última edición del Torneo de Relajación reunió a cerca de 100 participantes, retándolos a alcanzar un estado de tranquilidad absoluta sin moverse ni alterar su frecuencia cardíaca durante 90 minutos. Este certamen único en su tipo ha ganado popularidad en Asia, atrayendo a competidores decididos a demostrar que pueden mantener la calma bajo presión.
El torneo tiene una premisa simple pero desafiante: cada participante es monitoreado con un dispositivo cardíaco, y cualquier aumento en la frecuencia o movimiento los descalifica. Los competidores son libres de elegir la posición más cómoda, pero deben evitar quedarse dormidos, ya que la somnolencia también es motivo de expulsión.
Para muchos, la clave del éxito radica en la meditación, las técnicas de respiración o, simplemente, en permanecer completamente inmóviles. Sin embargo, el nivel de exigencia es tan alto que, a pesar de las estrategias empleadas, solo los más relajados logran llegar hasta el final.
El ganador del torneo recibió como premio un viaje al sereno Parque Nacional Ise-Shima, mientras que otros finalistas se llevaron sillas de Zero Gravity y otros obsequios. Este inusual certamen tiene un propósito más profundo: en un mundo laboral cada vez más agitado, busca recordar la importancia de encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Irónicamente, alcanzar este nivel de relajación bajo presión puede ser tan estresante como cualquier otro desafío.