Dos pasajeros de un crucero de Carnival Cruise Line murieron en incidentes separados de ahogamiento ocurridos el mismo día en Celebration Key, la nueva isla privada de la compañía en Gran Bahama.
Las tragedias tuvieron lugar el 15 de agosto, apenas semanas después de la inauguración del complejo turístico en el que se invirtieron más de 600 millones de dólares. Según informó la Policía Real de las Bahamas, las víctimas eran ciudadanos estadounidenses de 79 y 74 años, que viajaban en cruceros distintos.
El primer hecho ocurrió poco antes del mediodía, cuando el hombre de 79 años fue encontrado inconsciente mientras practicaba snorkel en la playa. A pesar de que un salvavidas le practicó RCP, fue declarado muerto en el lugar. Horas más tarde, alrededor de las 14:30, la mujer de 74 años fue hallada sin signos vitales en una piscina de la isla. También recibió asistencia inmediata, pero no logró sobrevivir.
Las autoridades confirmaron que ambos fallecimientos fueron completamente independientes y se realizarán autopsias para determinar las causas exactas.
Carnival Cruise Line emitió un comunicado lamentando las muertes y asegurando que sus equipos médicos y de salvavidas actuaron de inmediato en ambos casos. “Nuestros pensamientos y oraciones están con los huéspedes y sus familias, y nuestro Care Team está brindando asistencia”, expresó la compañía.

Celebration Key abrió al público el pasado 19 de julio y promete recibir alrededor de cuatro millones de visitantes por año hacia 2028. El complejo cuenta con cinco áreas temáticas, entre ellas una zona solo para adultos con el bar acuático más grande del mundo, un mercado artesanal, una piscina infinita de 11.000 pies cuadrados y el llamativo “Suncastle” de 10 pisos con toboganes de 100 metros de altura.
Lo que debía ser una jornada de descanso en un paraíso caribeño terminó teñido por la tragedia, dejando en evidencia que incluso en los destinos turísticos más exclusivos pueden ocurrir situaciones inesperadas.
