Uno de los impactos más grandes al que nos hemos visto expuestos ante el uso de mascarillas y tapabocas es la imposibilidad de apreciar los rostros tal como acostumbrábamos normalmente. La ausencia de sonrisas se volvió algo natural y, aunque a muchos nos resulte demasiado triste semejante escenario, parece que esta «normalidad» continuará por varios meses más.
En efecto, un argentino ha diseñado un particular método para hacer frente a esta problemática. Se trata del «Tubo Respira Bien» que, como su nombre lo indica, comprende un tubo transparente que se coloca sobre los hombros, permitiendo no solo una mejor respiración y vista, sino también la posibilidad de experimentar un encuentro social más agradable al permitir la visión del rostro completo.
El creador de esta innovadora propuesta es Pablo Bogdan, un argentino que cuando tenía tan solo 3 años fue diagnosticado con leucemia. Gran parte de su infancia estuvo inmunodeprimido, por lo que la llegada del COVID-19, junto con las medidas de prevención tales como la higiene de manos, el aislamiento social y los recaudos al salir a la calle, para él ya configuraban viejos hábitos que debió incorporar en su vida diaria.
En diálogo con el medio digital argentino Infobae, Pablo detalla: “Yo lo tengo muy naturalizado antes de la llegada de la pandemia porque entendí de muy chico que si no me cuidaba mi vida peligraba. Siempre fui muy consciente de eso. Hoy nos volvemos a encontrar en este escenario con una nueva enfermedad y quise aportar desde mi lugar algo para cambiar la realidad. De ahí nació Tubo Respira Bien, una barrera contra las microgotas que pueden propagar el COVID-19 que en muchas ocasiones se pueden filtrar aún con el uso de tapabocas”.
En lo que respecta a beneficios a partir del uso del «Tubo Respira Bien», su creador detalla que a partir de este tipo de cobertor para prevenir el COVID-19 se da lugar a una mejor experiencia social en la nueva normalidad gracias a la visibilidad del rostro; favorece a que las personas sordas o hipoacusicas puedan leer los labios; funciona para aquellos celulares que tienen reconocimiento facial, en contraposición al barbijo que la persona se lo tiene que remover y probablemente tocarse la cara. Además, puede ser utilizado por los niños, lo que brinda una posibilidad de uso en vuelta de clases.
Por otra parte, también lo pueden utilizar los adultos mayores para breve contacto físico; las fabricas pueden activar su proceso productivo al utilizarlo; y, a diferencia del tapabocas, no presenta un peligro de contagio ya que no hay que acomodarlo constantemente ni manipularlo con las manos.
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