Una escena digna de comedia (pero real) ocurrió la semana pasada en el corazón de Venecia: una góndola volcó en pleno Gran Canal, justo frente al emblemático puente de Rialto, luego de que un grupo de turistas decidiera sacarse fotos todos al mismo tiempo del mismo lado.
La embarcación, una tradicional góndola veneciana diseñada para el paseo y no para equilibrismos fotográficos, no resistió el peso inclinado y terminó por ceder, provocando que todos los pasajeros cayeran al agua.
El incidente, que por suerte no dejó heridos, sí dejó varias cámaras mojadas, ropa empapada y una buena dosis de susto (y vergüenza). El gondolero logró mantenerse a flote y ayudar a los turistas a salir rápidamente del canal.
Aunque no es un hecho habitual, los gondoleros locales advierten que este tipo de accidentes pueden ocurrir si no se respetan las indicaciones a bordo. Y es que, en tiempos de redes sociales y selfies virales, la seguridad muchas veces queda en segundo plano.
Un recordatorio algo frío (y húmedo) de que, incluso en los paisajes más bellos del mundo, vale más disfrutar el momento que arriesgarse por la foto perfecta.