Un adolescente de 14 años sufrió graves heridas tras ser atacado por un cocodrilo mientras pescaba en las aguas de Cape Tribulation, al norte de Queensland (Australia). El hecho ocurrió el sábado por la tarde, cuando el joven se encontraba en el agua hasta la cintura junto a dos amigos.
Según informó el Servicio de Ambulancias de Queensland, el reptil lo mordió en una pierna y el abdomen, provocándole lesiones severas. Testigos relataron que el menor logró salir del agua por sus propios medios hasta llegar al alojamiento PKs Jungle Village, donde vecinos y enfermeras locales le brindaron los primeros auxilios antes de ser trasladado en helicóptero al Hospital de Cairns y Hinterland. Actualmente se encuentra fuera de peligro.

Harry Hartley, gerente del establecimiento, destacó la reacción inmediata de la comunidad: “La gente salió de la selva para ayudar. Todos se unieron para salvarlo”. También señaló que la cercanía del joven a la propiedad fue clave para que pudiera recibir atención a tiempo.
El ataque ocurrió a unos 140 kilómetros al norte de Cairns, en una zona donde los avistamientos de cocodrilos han aumentado significativamente en las últimas semanas, coincidiendo con el inicio de su temporada de reproducción.
El Departamento de Medio Ambiente, Turismo, Ciencia e Innovación (DETSI) desplegó drones y embarcaciones para intentar localizar al animal, aunque hasta el momento no ha sido encontrado. Además, reforzaron la señalización de advertencia en las playas y pidieron a los visitantes que informen cualquier nuevo avistamiento.
Autoridades locales advirtieron que durante esta época los cocodrilos machos “se vuelven especialmente agresivos al buscar pareja”, lo que incrementa el riesgo de ataques. Por ello, recomiendan evitar ingresar al agua en zonas no autorizadas, especialmente en áreas cercanas a manglares o desembocaduras de ríos.

Desde el Consejo de la Industria Turística de Queensland, su directora ejecutiva, Natassia Wheeler, recordó la importancia de que los turistas reciban información adecuada sobre los riesgos naturales, pero también pidió evitar el sensacionalismo: “Debemos educar sin generar miedo. Los visitantes deben entender que estos ecosistemas requieren respeto y precaución”.
El ataque reaviva el debate sobre la convivencia entre humanos y fauna salvaje en esta región australiana, conocida tanto por su belleza natural como por la presencia de cocodrilos de agua salada, los más grandes y peligrosos del mundo.
