Un avión que se encontraba realizando un vuelo de Estambul hacia Barcelona, tuvo que regresar al aeropuerto turco por precaución porque los sensores detectaron un terrible mal olor que desprendía la fruta tropical «durián» en la bodega de carga.
El aviso fue por parte de los sensores en la sección de carga del vuelo TK 1855, que volaba de Estambul a Barcelona, España.
Al notar el olor por parte de la tripulación de cabina, el capitán piloto del avión decidió regresar al aeropuerto de Estambul como medida de precaución mientras sobrevolaba el espacio aéreo búlgaro.
Fueron realizados exámenes profundos a la carga del avión que aterrizó en Estambul sin ningún problema, se determinó que el funcionamiento de los sensores fue provocado por la fruta tropical durián, que desprende un fuerte olor al madurar.
Acto seguido, los pasajeros partieron hacia Barcelona en otro avión.
El durián, una de las frutas del sudeste asiático, es conocida como la fruta que sabe a cielo y huele a infierno por el mal olor que desprende al madurar.