El impacto devastador de las altas temperaturas en Europa se hizo evidente en 2023, cuando cerca de 47,690 personas perdieron la vida debido a las olas de calor que afectaron a varios países del continente. Esta alarmante cifra forma parte de un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona, publicado en la prestigiosa revista Nature Medicine. Según el estudio, más de la mitad de estas muertes ocurrieron entre julio y agosto de ese año, un período que también estuvo marcado por intensos incendios forestales en países como Grecia.
En Grecia, la ola de calor provocó la muerte de aproximadamente 393 personas por cada millón de habitantes, lo que convirtió al país en uno de los más afectados por las altas temperaturas. Bulgaria le siguió con 229 muertes por millón de habitantes, mientras que Italia y España registraron 209 y 175 muertes por millón de habitantes, respectivamente. Estas cifras subrayan la magnitud de la crisis climática en Europa y cómo las condiciones extremas afectan a las poblaciones más vulnerables, especialmente a las personas de mayor edad.
El estudio también revela que las mujeres fueron particularmente afectadas, con un número de fallecimientos significativamente mayor en comparación con los hombres. Este hecho pone de relieve la necesidad de políticas y medidas específicas para proteger a los grupos más vulnerables ante el cambio climático.
A pesar de la gravedad de la situación, el informe estima que el número de muertes habría sido un 80% mayor si los gobiernos europeos no hubieran implementado medidas de mitigación. Estas acciones incluyen mejoras en los sistemas de alerta temprana, el fortalecimiento del soporte médico, y otras iniciativas destinadas a reducir el impacto de las temperaturas extremas en la salud pública.
El año 2023 fue el más caluroso registrado hasta la fecha, con temperaturas récord que marcaron un hito en la historia del planeta. En particular, los días 22 y 23 de julio fueron los más calurosos jamás registrados, con una temperatura media global que alcanzó los 17,16°C y 17,15°C respectivamente. A medida que avanza 2024, los expertos temen que este año supere los récords de calor establecidos el año anterior, lo que subraya la urgencia de abordar de manera efectiva la crisis climática y proteger a las poblaciones más vulnerables.
La situación en Europa es un claro recordatorio de que el cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una realidad presente que requiere acciones inmediatas y coordinadas a nivel global.