Hasta 7 mil visitantes por día están llegando a visitar una casa particular… pero lo que importa es la historia. Mueran de amor:
Esta historia de película comienza en 1956, cuando la pareja recién casada decidió trasladarse al hogar donde hoy viven. Allí tuvieron dos hijos y vivieron felices durante años, hasta que la salud de la señora Kuroki comenzó a deteriorarse.
Comenzó con problemas de vista derivados de su diabetes que se fueron agravando se hasta dejarla completamente ciega. Un duro golpe para toda la familia.
Esto llevó a que la mujer, deprimida por la situación, se recluyera en el interior de su casa, negándose a salir más allá de lo estrictamente necesario. El señor Kuroki no podía soportar ver el sufrimiento de su amada y comenzó a buscar maneras de animarla. Un día se le ocurrió hacer uno de los regalos que todo enamorado ha hecho alguna vez: flores. Kuroki sabía que un ramo, digamos… no iba a alcanzar. Necesitaría más flores. Muchas.
Empezó a plantar semillas de ‘shibazakura’, una especie muy aromática y comprobó que el olor de las flores atraía a su esposa hacia el exterior… fue desde ese momento que no paró de trabajar durante dos años, hasta cubrir totalmente de rosa su jardín.
Ha logrado sacar de la depresión y del encierro al amor de su vida, y hoy vuelve a sonreír a diario.