Tim Friede, un científico norteamericano, se sometió a la prueba más arriesgada de su vida: se dejó morder por una serpiente mamba negra, la más venenosa de África.
Este hombre de 39 años quería demostrar que es inmune al veneno. Para este experimento, instaló cámaras en su casa para grabar el momento más temible.
Tim tomó a la mamba negra en sus manos y cuando intentaba sujetarla, el reptil mordió uno de sus dedos. Luego, volvió a atacarlo en uno de sus brazos.
Una mordedura de este tipo de serpientes en una persona normal podría provocar una muerte muy dolorosa en solamente 15 minutos.
Friede contó que en los últimos 17 años sufrió más de 200 picaduras de las serpientes más peligrosas del mundo.
Sin embargo, su obsesión por probar su teoría sobre la autoinmunización le significó varios problemas a nivel personal. Su esposa lo dejó en 2016, después de 20 años juntos, cuando el científico ya había reunido una gran cantidad de serpientes en su casa.
