En la búsqueda de soluciones más sostenibles para preservar el planeta y nuestra salud, los científicos continúan innovando en la creación de alternativas al plástico tradicional. Después de haber desarrollado plásticos a partir de algas marinas, los investigadores ahora sorprenden con un avance aún más radical: un plástico fabricado a partir de la bacteria E. coli.
Sí, has leído bien. Esa bacteria que vive de manera natural en nuestros intestinos, y que en algunas de sus formas puede causar infecciones, es ahora clave en la creación de un nuevo tipo de plástico conocido como polidicetoenamina (PDK). Este material fue desarrollado en el Berkeley Lab de California por un equipo de científicos que incluye a Brett Helms, Corinne Scown y Jay Keasling.
La innovación radica en que los investigadores introdujeron una nueva proteína en la bacteria E. coli, lo que permite transformar sus moléculas en monómeros, los cuales son los componentes básicos de los polímeros que forman el plástico. Así, este proceso no requiere de productos petroquímicos, lo que reduce significativamente el impacto ambiental.
Uno de los aspectos más impresionantes del PDK es su capacidad para reciclarse infinitamente, lo que lo convierte en una solución mucho más ecológica que los plásticos convencionales, que suelen tener un ciclo de vida limitado. Además, este nuevo material es más resistente al calor, lo que lo posiciona como una alternativa atractiva para diversas industrias.
Los creadores de este revolucionario plástico, que recientemente ganaron un premio en la Feria de la Ciencia de Gizmodo, han fundado una startup llamada Cyklos Materials para llevar esta tecnología al mercado. Se espera que el PDK comience a distribuirse en aproximadamente tres años, marcando el inicio de una nueva era en la producción y reciclaje de plásticos.