Un visitante grabó la escena que hoy recorre las redes: un oso negro se abalanzó de manera inesperada sobre un cuidador durante una función en el Hangzhou Safari Park, ubicado en la provincia de Zhejiang, China. El incidente ocurrió el 6 de diciembre y en cuestión de segundos desató caos, gritos y una fuerte discusión pública sobre la seguridad en espectáculos con animales.
En el video se ve a dos cuidadores guiando a dos osos hacia el escenario para una nueva ronda del show. Uno avanza sin problemas, pero el segundo cambia de comportamiento de forma repentina: gira, retrocede y se lanza con fuerza sobre el cuidador, derribándolo frente a decenas de espectadores que no pueden creer lo que están viendo. El hombre lucha por liberarse mientras el animal lo mantiene inmovilizado en el suelo.
La escena se vuelve aún más tensa cuando otros trabajadores corren a socorrerlo usando sillas y postes para intentar separar al oso. Logran apartarlo, pero el animal vuelve a intentar atacar, obligando al personal a redoblar esfuerzos hasta conseguir que el cuidador quede fuera de peligro. De acuerdo con el parque, no hubo heridos, algo que sorprendió considerando la magnitud del ataque.
Tras la viralización del video, la administración del Hangzhou Safari Park publicó un comunicado anunciando la cancelación inmediata del espectáculo de osos negros. Reconocieron fallas en la gestión del evento, pidieron disculpas a los visitantes y aseguraron que revisarán por completo los protocolos de seguridad y respuesta ante emergencias. También informaron que el oso involucrado será monitoreado para garantizar su bienestar.
El episodio abrió un intenso debate en redes: muchos usuarios señalaron que lo ocurrido demuestra la naturaleza impredecible de los animales salvajes y cuestionaron que este tipo de espectáculos sigan existiendo en parques de vida silvestre. Otros compararon el caso con modelos internacionales que ya eliminaron las actuaciones con animales por considerarlas obsoletas y riesgosas.
Mientras las imágenes continúan circulando en plataformas chinas, la discusión crece: ¿hasta qué punto es seguro —o ético— exponer a animales salvajes a espectáculos frente al público?
