París fue testigo de un acto temerario cuando un hombre de 36 años, identificado como Loïc, se lanzó en parapente desde la recién restaurada aguja de la Catedral de Notre-Dame. El intruso, un aficionado al salto base, logró evadir las medidas de seguridad e ingresó al área de restauración sin autorización.

El salto, que marcó su número 100 en la disciplina, quedó registrado en video y sorprendió a los turistas que se encontraban en la plaza frente al monumento. La maniobra duró solo 17 segundos y culminó con un aterrizaje brusco en el suelo. Horas después, fue detenido en su domicilio y ahora enfrenta cargos por «poner en peligro a otros» y «allanamiento de un lugar sagrado e histórico».
El incidente pone en duda la efectividad de los protocolos de seguridad en la catedral, que reabrió sus puertas al público en diciembre de 2024 tras años de restauración por el incendio de 2019. Las autoridades investigan cómo el hombre logró acceder al andamiaje y planean reforzar las medidas para evitar futuras intrusiones.

Notre-Dame sigue en obras y su restauración completa está prevista para 2027. Sin embargo, el episodio reaviva la preocupación sobre la vulnerabilidad de uno de los monumentos más emblemáticos de Francia.