Atención: ¡borrachos abstenerse! Esta nueva iniciativa parece no tener piedad con quienes quieran ir por un trago más pegándose a la barra.
Aunque parezca mentira, se trata de una idea que busca incentivar a que los clientes cumplan con las medidas de distanciamiento social impuestas por los organismos de salud. Sin embargo, bien podríamos decir que acciones como estas podrían doler tanto que te quitarían las ganas de tomar un poco más de alcohol.
El insólito suceso ocurrió en el pub Star Inn, situado en el pueblo de St Just, en el suroeste de Inglaterra. Allí, su propietario ha implementado una herramienta algo insólita para lograr que los clientes se mantengan alejados de la barra: ha instalado una valla eléctrica delante para asegurarse de que se mantengan al pie de la letra las pautas de distanciamiento social.
De esta manera, los clientes deberán tener especial cuidado al entrar al bar de Cornualles, cumpliendo con las reglas de distanciamiento más que nada para detener la propagación del COVID-19, virus que ha impactado notablemente en Reino Unido.
Esta medida ha sido impuesta más que nada considerando en las actitudes y comportamientos que pueden tomar los comensales a la hora de disfrutar de una bebida. El propietario de este pub admite que si hubiera puesto una soga para delimitar la distancia no hubiera tenido tanto acatamiento como ocurre ahora con la valla eléctrica.
Cabe destacar que los bares y restaurantes en Inglaterra gozan de la habilitación para abrir desde el pasado 4 de julio. Sin embargo, para permanecer trabajando de manera activa, estos espacios deben implementar reglas de distanciamiento físico entre las cuales se incluye minimizar el contacto del personal con los clientes, y reducir el tiempo que los clientes pasan en el bar.
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