El pasado sábado, una avioneta se estrelló en plena selva amazónica brasileña, y las autoridades han confirmado el fallecimiento de las catorce personas que iban a bordo, todas de nacionalidad brasileña, a pesar de que inicialmente se sospechó que entre las víctimas podría haber estadounidenses.
La aeronave, un turbohélice Embraer EMB-110 «Bandeirante«, había despegado de Manaus, la capital del estado de Amazonas, con destino a Barcelos, a unos 400 kilómetros de distancia. Los pasajeros habían contratado un viaje de pesca, pero el accidente ocurrió poco antes de aterrizar, en medio de intensas lluvias que azotaban la remota región selvática, según fuentes oficiales.
El alcalde de Barcelos, Edson Mendes, confirmó que en la avioneta viajaban catorce personas, incluyendo dos miembros de la tripulación, y lamentablemente no hubo sobrevivientes.
El gobernador del estado de Amazonas, Wilson Lima, aclaró que, a pesar de las sospechas iniciales, no se encontraban estadounidenses entre los turistas fallecidos; todos eran de nacionalidad brasileña, al igual que los dos miembros de la tripulación.
Barcelos es una pequeña ciudad enclavada en plena selva amazónica, cuya economía depende en gran medida de la agricultura y el turismo, destacando la pesca deportiva como uno de sus principales atractivos.
Las autoridades planean trasladar los cuerpos a Manaus, lo que ocurrirá el domingo, debido a las condiciones climáticas adversas en esa ciudad amazónica y a las limitaciones técnicas del pequeño aeropuerto de Barcelos, que no opera durante la noche.
La avioneta pertenecía a una empresa de taxi aéreo con sede en Manaus, que, según las autoridades aeronáuticas, ha estado en operación por más de una década.