¿Hay algo en la ciencia más emocionante que cuando una investigación moderna confirma una antigua leyenda?
Los arqueólogos en México pudieron experimentar este triunfo exacto cuando encontraron evidencia de que una mítica ciudad subterránea yace tranquila debajo del altar de una iglesia, exactamente donde una leyenda española decía que estaría.
En la época de Babilonia, surgió del valle de Oaxaca, México, una cultura conocida como zapoteca que podía crear una arquitectura de piedra monumental, artesanías y obras de arte sofisticadas, así como un lenguaje escrito y hablado anterior a los mayas, mixtecos y aztecas. Estuvieron entre las primeras grandes civilizaciones de Mesoamérica y existieron más tiempo que quizás ninguna otra, desde el año 700 a. C. hasta la época de las conquistas españolas cuando formaban parte del Imperio Azteca.
Cuenta la leyenda que los zapotecas construyeron una gran ciudad laberíntica llamada “Lyobaa”, o “lugar de descanso”, centrada alrededor de una gran cavidad que se encontraba en la tierra y que creían que era la puerta de entrada al inframundo.
Más tarde, los misioneros españoles que se aventuraron sintieron tanta repulsión y miedo de explorar más de unos pocos metros en la red de túneles que “ordenaron que la puerta infernal fuera completamente cerrada con mampostería”, escribió un cronista dominicano llamado Francisco Burgoa.
Ahora, una colaboración entre el Instituto Nacional de Historia y Antropología de México (INAH), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Asociación para la Investigación y Exploración Arqueológica llamada “ARX Project Lyobaa” ha descubierto un “vasto laberinto subterráneo” debajo de la Iglesia de San Pablo del siglo XV, casi confirmando la leyenda zapoteca.
La colaboración comenzó en el sitio arqueológico de la ciudad zapoteca llamada Mitla, donde todavía hoy se pueden ver murales, mosaicos y un palacio de piedra monumental.
Los investigadores crearon un modelo 3D de los pasadizos subterráneos de Mitla utilizando una combinación de tres tecnologías de exploración geofísica: radar de penetración terrestre, tomografía de resistividad eléctrica y tomografía de ruido sísmico, todo lo cual dejó el sitio arqueológico arriba intacto.
El modelo muestra un vacío hueco muy grande debajo de la ubicación precisa del altar dentro de la iglesia que se construyó en el sitio de Mitla. Además, el vacío parece estar conectado con otra anomalía geofísica significativa ubicada inmediatamente al norte de la iglesia.
“El relato de Burgoa habla de un vasto templo subterráneo que consta de cuatro cámaras interconectadas, que contienen las tumbas de los sumos sacerdotes y los reyes de Teozapotlán”, se lee en un comunicado de prensa sobre el descubrimiento verdaderamente épico.
“Desde la última cámara subterránea, una puerta de piedra conducía a una caverna profunda que se extendía treinta leguas bajo tierra. Esta caverna estaba atravesada por otros pasajes como calles, su techo sostenido por pilares”.
La tomografía eléctrica confirmó la existencia de dos pasadizos entre 5 y 8 metros bajo tierra. Entran en el vacío desde el este. Su escaneo también reveló lo que podría ser la entrada con barricadas de la que habló Burgoa.
El tamaño y el alcance de los pasadizos sorprendieron a los investigadores, quienes concluyeron que se necesita más trabajo antes de que podamos comprender realmente lo que se ha encontrado.
“Además, el estudio ha revelado evidencia de una etapa anterior de construcción del Palacio de las Columnas, el monumento antiguo más importante y mejor conservado de Mitla, así como varias otras anomalías geofísicas que pueden interpretarse como tumbas o estructuras arqueológicas enterradas”, dijo el funcionario en un comunicado.
“Estos hallazgos ayudarán a reescribir la historia de los orígenes de Mitla y su desarrollo como un sitio antiguo”.
Más estudios de este tipo ya están programados para este mes de septiembre, lo que significa que el verdadero alcance del mítico Lyobaa podría esclarecerse antes de que termine el año.