Elin Ersson, una estudiante universitaria, compró un pasaje para el mismo vuelo en el que un hombre de Afganistán estaba siendo deportado el pasado lunes. Cuando estaba a punto de despegar, se negó a sentarse en su asiento hasta que el inmigrante saliera con ella del avión.
Con solamente 21 años y lágrimas en sus ojos, Elin logró parar la deportación del hombre afgano de 52 años a su país de origen. «Lo más seguro es que lo maten», asegura la estudiante al resto de pasajeros, a la tripulación y a sus seguidores que pudieron seguir el episodio a través de las redes sociales.
«No me voy a sentar hasta que esta persona sea llevada fuera del avión»
Su video en Facebook fue visto más de 2 millones de veces. En la grabación, se ve a la joven de 22 años muy emocionada pasearse por el pasillo central del Boeing insistiendo en que, si el hombre regresa a Afganistán, según ella morirá.
Uno de los pasajeros intentó increpar a la joven e intentó sacarle su teléfono. Ante esto Elin le preguntó: «¿Qué es más importante, tu tiempo o la vida de una persona? Estoy tratando de cambiar las reglas de mi país, no me gustan. No está bien enviar a personas al infierno», insistió.
Una joven sueca paraliza el despegue de su avión para que no puedan deportar a un refugiado afgano. «Estoy intentando cambiar las reglas de mi país», explicó pic.twitter.com/s7tSo3iI6H
— RT en Español (@ActualidadRT) 25 de julio de 2018
Finalmente, un miembro de la tripulación le indicó que el refugiado «bajará del avión». La joven, muy emocionada, decidió bajarse del avión junto con el hombre. Al final, cuando el refugiado afgano fue retirado por tres guardias de seguridad, varios pasajeros aplaudieron a Ersson.
Ahora, la joven podría enfrentarse a una pena de hasta seis meses de prisión al cometer un delito por incumplir las órdenes del piloto.