En una decisión sorprendente, la Corte Suprema de Turquía ha reconocido la falta de higiene como una causa legítima de divorcio. Este caso se deriva de la demanda de una mujer, identificada como AY, quien solicitó el divorcio de su esposo, CY, debido a su descuido en la higiene personal.
El tribunal escuchó testimonios que detallaban la escasa frecuencia con la que el marido se bañaba y se cepillaba los dientes, lo que resultaba en un olor corporal desagradable. Incluso, sus compañeros de trabajo atestiguaron la incomodidad que les causaba su falta de higiene.
Tras un proceso judicial exhaustivo, el tribunal concedió el divorcio a AY y ordenó a CY pagar una indemnización de 500.000 liras turcas (aproximadamente 16.500 dólares) como compensación por su falta de higiene.
Este caso refleja la importancia de cumplir con las responsabilidades de la vida en pareja y resalta cómo la falta de higiene puede afectar las relaciones humanas. La decisión judicial también subraya la necesidad de cuidar tanto el comportamiento como la limpieza en las relaciones interpersonales.
En un contexto legal donde las razones para el divorcio se dividen en categorías especiales y generales, la falta de higiene personal ha sido reconocida como un factor que puede hacer la vida insoportable para una parte o ambas en una relación.
Este veredicto establece un precedente significativo en el derecho matrimonial turco, enfatizando la importancia de la higiene personal en las relaciones conyugales y la convivencia en general.
