Christine Kesteloo tiene una vida que muchos envidiarían: vive a bordo de un crucero sin pagar un centavo. Su esposo es el Ingeniero Jefe del barco, lo que le permite disfrutar de múltiples ventajas como huésped, pero también la obliga a seguir ciertas reglas que los pasajeros comunes no tienen. Aquí te contamos las cuatro cosas que Christine no puede hacer mientras navega por el mundo.
1. Prohibido apostar
Aunque el crucero cuenta con un casino, Christine no puede jugar en las máquinas tragamonedas ni participar en los juegos de azar. «Sería un poco raro si, como esposa del Ingeniero Jefe, ganara un gran premio,» explica. La idea es evitar cualquier posible conflicto de intereses.
2. No desembarcar al mismo tiempo que los pasajeros
Otra restricción que enfrenta Christine es el horario de desembarque. A diferencia de los huéspedes, ella tiene que esperar una hora después de que los pasajeros desembarquen antes de poder bajar del barco. «Si atracamos a la una, yo puedo bajar a las dos,» comenta.
3. Uso limitado de las instalaciones
Aunque tiene acceso a la piscina, el gimnasio y el spa, Christine debe ceder su lugar a los pasajeros cuando estas áreas están muy ocupadas. «Siempre aplico la regla de que, si la piscina está llena, me levanto y dejo el asiento para los huéspedes,» dice.
4. Seguro de viaje obligatorio
Christine también debe contar con un seguro de viajero internacional, una medida esencial para quienes pasan tanto tiempo en el mar, aunque esto no es una sorpresa, ya que la mayoría de las personas en su situación lo tendrían.
Un pequeño bono
Además de estas limitaciones, Christine disfruta de descuentos en bebidas, internet, el spa y las tiendas del barco. Sin embargo, no todo es completamente gratis.
Christine comparte su experiencia en TikTok bajo el nombre @dutchworld_americangirl, donde ha inspirado a muchos a soñar con una vida similar. Algunos de sus seguidores incluso han bromeado sobre cómo encontrar a su propio ingeniero de crucero.
Vivir en un crucero suena como un sueño, pero como Christine muestra, incluso en el paraíso hay reglas que seguir.