Ni el viento, ni la lluvia, ni el agua que cubría por completo el piso de la iglesia lograron detenerlos. Jade Rick Verdillo y Jamaica Aguilar decidieron casarse como lo habían planeado, incluso si eso significaba caminar por un pasillo completamente cubierto de agua. Su boda, realizada en la histórica iglesia Barasoain en Malolos, Filipinas, se ha convertido en símbolo de amor inquebrantable y perseverancia frente a la adversidad.

La iglesia, un emblema nacional conocida por su papel en la historia constitucional de Filipinas, se inundó tras las intensas lluvias provocadas por el tifón Wipha, que azotó la región con fuerza a finales de julio. A pesar del escenario inesperado y del difícil acceso al templo, la pareja no quiso reprogramar la ceremonia. Con el agua hasta los tobillos y el vestido de la novia flotando con delicadeza, ambos caminaron hasta el altar tomados de la mano, acompañados por familiares y amigos que tampoco se dejaron vencer por el temporal.
Las fotos y videos del evento no tardaron en viralizarse, mostrando a los novios emocionados, rodeados de un paisaje surreal, pero decididos a celebrar su unión. En medio del caos climático, su historia tocó el corazón de miles de personas en redes sociales, convirtiéndose en una inspiración sobre cómo el amor puede resistir incluso las pruebas más inesperadas.

«El agua puede haber inundado la iglesia, pero no nuestra voluntad de casarnos», habría dicho Jade, según medios locales. Y así, con los pies mojados pero el corazón firme, sellaron su compromiso eterno.
La boda de Jade y Jamaica no solo pasará a la historia por su contexto extraordinario, sino también por recordarnos que el verdadero amor no necesita condiciones perfectas, sino decisiones valientes.


