Un equipo internacional de astrónomos acaba de revelar uno de los descubrimientos más impactantes en el estudio del cosmos: una galaxia primitiva, apodada “Uvas Cósmicas”, cuya forma y composición desafían lo que hasta ahora se creía sobre la evolución temprana del universo.
La galaxia, formada apenas 930 millones de años después del Big Bang, muestra una estructura nunca antes vista: al menos 15 cúmulos estelares masivos distribuidos en su disco en rotación, dispuestos como un racimo de uvas. Esta sorprendente organización contradice los modelos actuales, que preveían que las primeras galaxias eran más simples, con estrellas dispersas de manera uniforme.
El hallazgo fue posible gracias a la combinación del telescopio espacial James Webb (JWST) y el radiotelescopio ALMA, en Chile, junto con un fenómeno natural conocido como lente gravitacional, que permitió ampliar la luz de este objeto cósmico distante y obtener imágenes con un nivel de detalle sin precedentes.
El investigador principal, Seiji Fujimoto, destacó que se trata de una de las galaxias más lejanas observadas con la mayor lente gravitacional hasta la fecha, lo que abre una nueva ventana para comprender cómo se formaron las primeras estructuras galácticas.
Para los científicos, lo más revelador es que las observaciones muestran un panorama muy distinto al que ofrecían imágenes anteriores del telescopio Hubble, donde “Uvas Cósmicas” parecía un objeto liso y homogéneo. Ahora, la visión detallada revela una galaxia dinámica y compleja, en la que los cúmulos densos de estrellas parecen haber desempeñado un rol decisivo en acelerar la formación de galaxias más grandes y evolucionadas.
El coautor del estudio, Mike Boylan-Kolchin, señaló que estas conclusiones podrían cambiar por completo la manera en que se entiende la evolución de las galaxias: “Nuestras observaciones muestran que la luz estelar de las primeras galaxias no estaba distribuida uniformemente, sino dominada por cúmulos compactos. Esto podría tener implicaciones profundas en cómo se desarrollaron las estructuras cósmicas en el amanecer del universo”.

Con una resolución espacial de apenas 10 pársecs (unos 30 años luz), el estudio publicado en Nature Astronomy marca un hito en la exploración del universo temprano y abre la puerta a nuevas preguntas. Entre ellas, si las galaxias primitivas eran más caóticas y compactas de lo que se pensaba, y qué papel jugaron en la construcción del cosmos que hoy conocemos.
Las “Uvas Cósmicas” no solo son un descubrimiento asombroso, sino también una muestra de que, a casi 14.000 millones de años del Big Bang, el universo aún guarda secretos capaces de sorprender y desafiar las teorías más consolidadas de la astronomía.


