Viajaba en el asiento 11-A y fue el único que sobrevivió: el misterioso milagro del avión de Air India

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Un avión de Air India se estrelló segundos después de despegar de Ahmedabad rumbo a Londres, dejando un saldo devastador: al menos 268 muertos. Sin embargo, de forma casi inexplicable, un pasajero salió caminando entre los restos del fuselaje como si hubiera sobrevivido a una película de acción. Y lo más desconcertante: estaba sentado en el asiento 11-A.

El único sobreviviente confirmado es Viswash Kumar Ramesh, un ciudadano británico de 38 años que, según muestran los registros y un video viral, logró salir por sus propios medios del lugar del accidente, visiblemente confundido pero ileso. Las imágenes recorrieron el mundo y despertaron una pregunta: ¿cómo es posible que haya salido vivo de una explosión aérea?

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El especialista en seguridad aérea Diego Dominelli lo resume en una palabra: suerte. “Es el tipo con más suerte de los últimos 500 años”, dijo en declaraciones a Clarín. Pero incluso la suerte puede tener su explicación.

Según estudiantes del ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires), que recientemente ganaron el Mundial de Ingeniería Aeroespacial de la NASA, la ubicación del asiento 11-A pudo haber influido. Esa parte del avión se encuentra cerca de la zona más resistente de la estructura, donde se ubican las alas y el tanque de combustible central. Además, estaba justo al lado de una puerta de emergencia.

El avión cayó “de panza” y no se desintegró por completo, lo que podría haber facilitado que una persona fuese expulsada del fuselaje en el impacto y quedara fuera del área más afectada por el fuego. Es sólo una hipótesis, pero los expertos coinciden: el milagro no se explica solo por una buena posición. Fue una combinación de azar, estructura y ángulo de caída.

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Aunque por ahora no hay una explicación oficial, ni pruebas concluyentes sobre qué ocurrió en esos segundos críticos, lo cierto es que el asiento 11-A pasará a la historia como parte de un caso que desafía toda lógica aeronáutica.

Ramesh, internado y aún en estado de shock, solo atinó a decir: “No sé cómo estoy vivo”. Tal vez, con el tiempo y la ayuda de la caja negra del Boeing 787-8 Dreamliner, se pueda entender qué ocurrió realmente. Por ahora, lo que queda es asombro… y una butaca marcada por el destino.

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